Por más de un mes se han extendido las manifestaciones exigiendo justicia social en todo Chile, y la Región de Los Ríos no ha sido la excepción, miles de personas continúan participando de marchas pacíficas, cabildos autoconvocados y otras formas de protesta, aun cuando los parlamentarios han realizado anuncios esperando retornar la paz.
Sin embargo, el estallido social o despertar chileno parece no dar tregua, Red Diario Sur habló en extenso con el abogado futronino Juan Ramón Roa, quien ha prestado colaboración en los cabildos autoconvocados que se realizan en la comuna lacustre.
Para él, el diagnóstico es claro y una nueva constitución, elaborada con la ciudadanía y que garantice una repartición justa, es uno de los caminos para devolver la paz y dignidad a los chilenos, pero no es suficiente, se debe avanzar ahora en reformas paralelas que den garantías a la población de cambios sustanciales.
EL ORIGEN
“Tras el estallido social que nació para demandar salarios dignos, fin a las AFP, y otras peticiones legítimas, hubo también una reflexión colectiva, muy espontánea, que empezó a darse cuenta que cada una de estas demandas topaban con la actual constitución. Es decir, se podía avanzar en esas demandas sectoriales, pero iba a llegar un punto en que cada medida iba a ser declarada inconstitucional porque la actual constitución, que fue creada sin la ciudadanía, es una barrera a esas peticiones sociales”.
Respecto al denominado Acuerdo por la Paz”, firmado por parlamentarios del oficialismo y oposición, mencionó que era necesario un acuerdo parlamentario que permita terminar de una vez por todas con la actual constitución. No obstante, dijo entender que el descontento continúe y también el manto de duda sobre cualquier acuerdo político, pues la política está muy deslegitimada.
“EL CONGRESO ES UNA DE LAS INSTITUCIONES MÁS DESPRESTIGIADAS DEL PAÍS Y CUALQUIER ACUERDO SERÁ VISTO CON DESCONFIANZA”.
“Cuando salen a la luz los casos Penta y SQM, además de la corrupción, queda en evidencia que teníamos una casta política, una elite que no representaba a la ciudadanía y eso se producía por una completa desconexión con la gente; políticos de elite que vienen de determinados colegios y determinadas universidades y que, además, sean ellos quienes toman decisiones que nada tienen que ver con la realidad de las personas, sin duda, alimentaron el estallido social. Son personas que quizá nunca tuvieron carencias en su vida y es difícil que logren entender lo que pasa con la mayoría, porque nunca lo vivieron, no hay vivencias y mucho menos empatía”, agregó.
Justo antes del estallido social el Presidente Sebastián Piñera calificó a Chile como el “oasis” de una Latinoamérica convulsionada, lo que, para Juan Ramón, ejemplifica la “desconexión” de la política con la realidad; gente endeudada, con bajas pensiones, bajos sueldos y muy descontenta. Y no basta con reformar la constitución, mientras el gobierno no proponga o el Congreso se ponga de acuerdo en reformas sociales que apunten a los temas sociales que aquejan a los chilenos, la constitución será sólo un buen ejercicio, porque la ciudadanía no se levantó por la nueva constitución, sino que por todas estas demandas que tienen que ser resueltas y que si se pueden modificar hoy por hoy".
“LA TEORÍA DEL GARROTE YA NO FUNCIONA”
Respecto al rol de Carabineros, fue muy crítico, tanto con el actuar de la institución, como con el manejo de la crisis, pues “la teoría del garrote ya no funciona, la gente que ha sido agredida continúa manifestándose”, puntualizó.
Califica como un error no haber prestado atención, desde el inicio, a las reformas profundas que eran necesarias para dar una solución a la gente y no terminar deslegitimando, también, a las fuerzas de orden. “hay muertos, hay personas que perdieron sus ojos, miles de heridos y mucha gente hoy no quiere a Carabineros y una fuerza que cuida el orden público que no es respetada ni validada, es un panorama muy peligroso”, aseveró.
Finalmente, dijo que tras los miles de heridos y cientos de personas que perdieron al menos uno de sus ojos, hay una institución de Carabineros obsoleta y un general (Mario Rozas) “mentiroso o incompetente, que no sabe ni certifica la munición que dispara contra personas". Sobre este tema, insistió en que el problema no es el carabinero como individuo; “el problema es que tenemos una institución obsoleta que no está acorde a los nuevos tiempos. La institución no da el ancho, y no basta con cambiar al general de Carabineros”.
Durante el transcurso de las manifestaciones el abogado se ha vuelto parte de los cabildos, colaborando y entregado también su visión como ciudadano y sostiene que, por ahora, es imperativo que la ciudadanía comprenda y se involucre en los procesos y decisiones que se tomarán en el corto y mediano plazo, pues marcarán el futuro de un país que ya cambió.
Temas como la Convención Constituyente, asambleístas, 2/3 y hoja en blanco, se abordarán en próximas ediciones.
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