Hace 31 años, un 18 de febrero de 1990, todo era alegría entre los hinchas del célebre club valdiviano Barrio Miraflores, fundado en 1942. Estaba jugando el Regional de Clubes Campeones de Fútbol Amateur representando a su ciudad y ese día le tocó jugar de visita en Corral. Para los que conocen al Miraflores, se trata de un club de barrio integrado por familias que ven a esta institución como parte de sus vidas, por lo mismo arrastra mucha hinchada y ese día no fue la excepción.
Era el verano valdiviano y ver al equipo del barrio jugar un campeonato importante y en una bella comuna como Corral era un atractivo panorama para programar un lindo paseo familiar. Pero la tragedia andaba rondando silenciosa, dispuesta a cambiar la alegría en tristeza y muerte.
En aquel año el equipo era dirigido por Nelson Ríos, un carismático dirigente, entrenador, jugador e hincha del club que, junto a su familia y a otras, lograron llevar a Miraflores a lo más alto del fútbol amateur local. Ríos era un hombre que pedía disciplina, compromiso y amor a la camiseta a los equipos que dirigía, valores con los que se ganaba el respeto de sus pares. En su juventud hasta probó suerte en el club Everton de Viña del Mar -al igual que el arquero miraflorino Adison Aguilar en los años cincuenta- pero finalmente decidió regresar a Valdivia.
Ese 18 de febrero de 1990 Miraflores goleó en el estadio El Boldo de Corral -cuando aún era una cancha de tierra y piedras- al Gente de Mar y con una entusiasta hinchada que lo seguía.
VUELTA DE CAMPANA
Según lo reporteado por el destacado periodista valdiviano Enrique San Juan (QEPD) para el diario “La Época”, la delegación deportiva y los hinchas zarparon en el “Calypso” desde el muelle La Muñeca en el barrio Miraflores. La directiva del club había pedido autorización a la Gobernación Marítima para dicho viaje y el día 18 había un jeep de la Armada que, al parecer, no fiscalizó bien la cantidad de pasajeros.
Se sabía que el “Calypso” tenía una capacidad para no más de 70 personas y de ida a Corral viajaron 105 personas. Al llegar a Corral se toparon con más hinchas valdivianos que viajaron por su cuenta.
Tras el partido llegó el momento del regreso. Era entre las 19 y 19.30 horas, se hacía tarde y la única vía de retorno a Valdivia era por mar. Ya no iban a zarpar más motonaves y sólo quedaba el “Calypso” y alguien permitió que subieran más personas a bordo, entre ellos muchos menores de edad que viajaban con sus padres a ver a Miraflores.
Enrique San Juan reporteó en un medio escrito de la época que el marinero de guardia de la Capitanía de Puerto de Corral estaba vigilando el zarpe de la lancha “Tatiana” que cubría el servicio habitual de pasajeros entre Corral y Valdivia. Este marino observó que en el muelle de carga se encontraba el “Calypso” con exceso de pasajeros a unos 500 metros en línea recta y a un kilómetro por tierra. Este uniformado corrió a la capitanía para comunicarse por radio con el patrón de la embarcación e impedirle el zarpe y no logró comunicación con el “Calypso” y cuando acudió al muelle vio que el barco se había dado vuelta de campana.
Algunos difieren de ese testimonio y simplemente dicen que nunca hubo fiscalización de parte de la Capitanía de Puerto de Corral.
UN MÁRTIR
Cuando el barco se volcó hubo momentos desesperantes de gente que intentaba mantenerse a flote, en especial los niños. Hubo intentos de rescate de parte de los pescadores que de inmediato se acercaron con botes para recoger a los náufragos.
Según testimonios de sobrevivientes de la tragedia, el Calypso al momento de zarpar se fue inclinando peligrosamente. Hubo personas que quedaron atrapadas en el casco de la nave y no pudieron salir. Hubo momentos tan dramáticos como de gente que se despedía desde el agua y encargaban a sus hijos antes de morir ahogados.
Un héroe de esa tragedia fue el entrenador Nelson Ríos. Lo más horrible era los menores de edad que estaban atrapados, entre ellos bebés. Ríos rescató a un niño, siguió batallando con el mar y salvó a un segundo y fue por un tercero. Casi sin fuerzas fue por un cuarto niño, pero no pudo más y su cuerpo se hundió en la bahía.
COSTANERA DE DOLOR
Los medios de prensa locales fueron alertados casi de noche sobre la tragedia y al principio no había seguridad respecto del número de víctimas y de sobrevivientes. Los familiares y vecinos de los viajeros entraron en desesperación y muchas personas acudieron al antiguo Hospital John Kennedy para requerir información al saber que los sobrevivientes eran derivados a ese centro de salud de calle Bueras. Fue en el hospital que muchos se enteraron del fallecimiento de Nelson Ríos al no estar entre los pacientes que ingresaron de urgencia.
Pasadas las doce de la noche la lancha de la Gobernación Marítima llegó al Muelle Schuster con las víctimas, en total fueron 21 las personas fallecidas. Los cuerpos en sus respectivas bolsas fueron depositados en el pavimento del muelle en una imagen fuerte para quienes vivieron esos momentos, en especial para los medios de prensa locales poco acostumbrados a cubrir tragedias con tal cantidad de fallecidos.
El naufragio pronto se transformó en noticia nacional, sobre todo para los noticieros de aquella época.
RECORDADO
Christian Ramírez, técnico de las series senior de Miraflores recuerda que en aquel verano se 1990 era un adolescente que quiso ir a Corral a ver el partido, pero su madre no lo dejó. “No me dejaron ir sino no estaría aquí”, recordó.
Un día antes del partido y la tragedia, Ramírez recordó que jugó un partido con las series menores y dirigido por Nelson Ríos. “Don Nelson gestionó ese partido, jugamos contra el Gloria de Talcahuano y ganamos 3-2”, recordó y añadió que esa fue la última vez que vio a su técnico Nelson Ríos con vida.
“Para mi don Nelson enmarcaba todo lo que tiene ser una persona en el fútbol amateur. Imponía cariño, respeto, valores y disciplina. Él me motivó a ser entrenador amateur. Era muy querible, paternal, muy de piel, sabía mucho de fútbol y leía bien los partidos. Podría haber logrado muchas cosas en el deporte, pero lamentablemente el destino quiso otra cosa”, recordó Ramírez.
También recordó que en 2005 cumplió el sueño de su maestro al lograr el título de honor del campeonato de apertura del fútbol valdiviano, tras 27 años sin que el club consiguiera éxitos deportivos. “Le dediqué ese campeonato a don Nelson a su viuda la señora Estrella”, expresó.
Nelson Ríos y los otros 20 fallecidos del “Calypso” pasaron a ser íconos del club Barrio Miraflores y el estadio del club lleva el nombre del entrenador, además se instaló un monolito para recordar a las personas que perdieron la vida en la tragedia. La Anfa Regional de aquellos años bautizó al campeonato Regional de Clubes Campeones como Copa Nelson Ríos Navarro en honor al destacado dirigente que dejó una huella para el orgullo del club Miraflores de Valdivia.
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