Entre 2015 y 2016 el unionino Nicolás González era por lejos el mejor deportista de alto rendimiento de la Región de Los Ríos. Emergió en 2013 cuando con 15 años destacaba en las selecciones chilenas de la categoría junior, en 2015 pasó a la selección adulta de Chile y acudió a Panamericanos y Mundiales, en 2016 logró el récord nacional -aún vigente- de persecución 4x4000 mts. con una marca de 3:59.526 minutos junto al equipo que también integraban el experimentado Antonio Cabrera, Diego Ferreira y Edison Bravo, algo histórico en esta disciplina. Todo un orgullo para la capital de la provincia del Ranco y para Los Ríos. Pero en 2017 todo se fue al tacho de la basura: le detectaron dopping por uso de EPO (Eritropoyetina) y lo castigaron hasta el año 2021.
Actualmente el joven deportista de 22 años estudia Pedagogía en Educación Física en la sede Valdivia de la Universidad San Sebastián y al mismo tiempo trabaja en la empresa forestal de su padre.
En entrevista con Grupo DiarioSur recuerda con nostalgia los días en que era la promesa del ciclismo chileno, reconoce que cometió un error y pide perdón por la desilusión que causó a muchos que lo apoyaron, aunque también denuncia problemas al interior de la Federación de Ciclismo de Chile y, sobre todo, el oscuro ambiente del dopaje en este deporte, situación que han vivido varios de sus deportistas, entre ellos la también unionina y ex seleccionada chilena Karla Vallejos a principios de 2017.
Nicolás González reconoce que después de enfrentar a una comisión que investigó su caso y recibir su castigo se deprimió al punto de dejar de entrenar todo ese año 2017. En La Unión varias personas se burlaron de él y le dieron vuelta la espalda, pero ahora se propone la idea de regresar a sus duros entrenamientos e intentar volver a la selección nacional, considerando que en 2023 serán los Juegos Panamericanos de Santiago.
MALAS JUNTAS
El rendimiento de González subía como la espuma y a sus 17 años se sumó a la selección chilena de ciclismo. En su condición de deportista top y seleccionado comenzó a recibir la beca Proddar del Instituto Nacional del Deporte (IND), beneficio que mantendría sólo si seguía replicando sus triunfos deportivos. A fines de 2016 estaba en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Santiago, preparándose con la selección adulta para asistir a las Copas del Mundo y tuvo un control de dopping junto a sus compañeros y en febrero del 2017 fue notificado que dio positivo. “Yo admití al tiro que cometí un error a la comisión y ella solicita que si uno tiene información de red de dopaje o personas que se dopan se puede optar a una rebaja en el castigo”, dijo González y en ese mismo momento lo contó todo: que todos los seleccionados nacionales se dopaban y que el que motivaba a tomar sustancias y las tomaba también era Antonio Cabrera, el medallista de oro y bronce de los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y cabeza visible del ciclismo chileno.
“En mi declaración dije que conocía redes de dopaje al interior de la selección que comprendía básicamente a Antonio Cabrera y Edison Bravo y otras más. No tenía pruebas, pero sí sabía porque lo había visto con mis ojos lo que pasaba con Edison y con Antonio” expresó el pedalero unionino y añadió que cuando a él le estaban tomando la muestra Cabrera y Bravo se fueron del lugar y regresaron una hora después, aparentemente después de ir a beber cerveza para eliminar cualquier sustancia. “Cuando yo di positivo fue raro que ellos no. Yo sabía lo que hacían, dormía con ellos, veía todo y sabía lo que compraban. Ellos me decían lo que tenía que tomar y me daban mucha información que yo no manejaba y me fueron tentando”, dijo.
¿Por qué te dejaste influenciar tan fácil?
Ellos me decían que si no tomaba esto iba a andar mal y me iban a sacar de la selección. Yo les hice caso. No sentí ninguna mejora, nada. Menos mal no me hizo mal a mi salud. Me influencié por la presión de no perder mi beca y la actitud de Antonio (Cabrera) siempre fue agresiva. Él tiene una orden de alejamiento de Gonzalo Garrido (otro seleccionado de ciclismo) y una orden de alejamiento de su ex pareja por acoso sexual, sicológico y físico. Siempre fue autoritario, prepotente, no bajo perfil como era yo, entonces me dejé influenciar porque él estaba muy metido en el tema. Al principio me daba lata hacerlo, pero como veía que a él no lo pillaban nunca me dije hagámosle caso.
¿Qué sentiste después del castigo?
Las puertas se me cerraron en todos lados. Quedé solo. Las únicas personas que estuvieron conmigo fueron Alex Navarro (entrenador unionino), mi papá, mi mamá, mi hermano, mi polola de ese entonces. Igual nunca me disculpé públicamente con la empresa Colun o la Municipalidad de La Unión que siempre me apoyaron o el IND. Se me cerró todo y me dediqué a trabajar y a estudiar que es lo que estoy haciendo ahora. He reflexionado en estos años en que he estudiado, he hecho cursos de entrenamiento y hago cosas con el club de ciclismo Río Cruces de Valdivia entrenando a unas niñas de un hogar de menores.
¿Nostalgia por tus años de triunfos?
Sí. Era muy joven y me pasó lo ideal de haber salido campeón panamericano junior con récord, después haber entrado inmediatamente a la selección adulta con 17 años, haber ido a probarme a un equipo profesional a Bélgica, ir a un Mundial, ganar las primeras medallas de oro en los Juegos de la Araucanía para Los Ríos y ser el único récord panamericano que hay en la región en ciclismo. Me da nostalgia, pero me siento tranquilo porque lo hice bien hasta que me equivoqué y me salió bien caro el error con 4 años de castigo para un chico de 18 años, fue mucho. Creo que la comisión no usó su criterio. Yo había tenido 25 controles antidopaje y nunca me había negado.
AMENAZADO
¿Quieres volver a entrenar como antes?
Existe esa posibilidad y la tengo bajo la manga. Si me logro acomodar bien a las clases de Educación Física volvería a correr en bicicleta para entrar a la selección de nuevo. Uno de mis objetivos es estar en los Panamericanos de Santiago 2023, creo que en dos años se puede buscar una forma deportiva aceptable para estar en la selección.
¿Cómo ves el ambiente del ciclismo chileno?
Está mal, pero tampoco está muerto. Igual hay vida y hay chicos que trabajan bien y entrenadores que son conscientes de lo que hacen y trabajan honestamente y no hacen trampa. Conozco a esa gente y sé que si se unen a la federación el ciclismo chileno va a revivir. El dopaje y las personas que han dado positivo matan al ciclismo, ellas solitas deberían dar un pie al lado para que esto avance. Sé que yo por haber dado positivo me va a marcar siempre la vida. Desde el 2010 ha habido problemas federativos, se pierden platas, no hay apoyo, los recursos son bajos, no hay carreras ni Vuelta a Chile; actualmente no hay campeonatos nacionales y hubo un tiempo que hasta hubo dos federaciones. El año antepasado y pasado fuimos el deporte que más positivos dio en el año. Yo no aguanté, estaba chato de haber callado y di mi declaración, podría haber quedado de “buena persona” por no haber echado al agua a nadie, pero de verdad me pesaba de saber tanta cosa y ver a tanta gente seguir dopándose y seguir ganando.
¿Has recibido amenazas después de lo que dijiste en tu declaración y reiterado hace poco en la prensa?
Sí. El círculo de Antonio Cabrera y Edison Bravo me han amenazado con Facebook falsos y me escriben que no tengo códigos, que no era leal con el ciclismo, que muera callado, que donde me vean me van a pegar. Ahí se nota el ambiente de matonaje que hay en esa generación. Por otro lado, gente de mi edad o un poquito mayor que yo me han apoyado y me han dicho que hay que limpiar esta cuestión.
¿Cómo sigue el ciclismo en La Unión?
Sigue fuerte, hay más de 30 chicos activos, yendo a Juegos de la Araucanía, a Juegos Escolares. En el ámbito competitivo La Unión sigue siendo el foco aunque en Valdivia están surgiendo clubes. De acá han salido más seleccionados nacionales y ahora Alejandro Lovera -otro unionino seleccionado juvenil- está corriendo en España por un equipo de Extremadura.
Nicolás González en la actualidad está concentrado en terminar su carrera universitaria y se plantea que con el título profesional en la mano perfectamente podría entrar más relajado a la rutina de correr e intentar destacar de nuevo en el ciclismo como lo hizo hace 4 años. “En estos años he sido capaz de aprender, de madurar, de tomar mejores decisiones y por ahí tratar de contribuir a sanar este ciclismo. Después de lo que me pasó no me deprimí, ni me metí en las drogas, seguí haciendo una vida normal, pese a mi cambio. Hubo gente que se burló de mí, pero también muchos que me apoyaron”, sentenció.
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